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Despues de perder ayer una tarde de entreno por culpa de la lluvia, hoy era forzoso el salir a coger piernas. Hemos bajado a Salas Bajas para trotar suavecito hacia Huerta Otea, pero la vuelta ha sido más rápida porque una nube asesina avisaba mojándonos de camino de regreso. Una vuelta más a las pistas del polideportivo -sólo tortuga Ana y yo- y nos retiramos hacia los coches.
Y entonces fuéeeee... - cuando la beséeeee, con un sorbito de champan.... No. Fué entonces... - la caidita de Roma. Tampoco. La desgraciada descargó todo lo que llevaba encima nuestro. Menos mal que ya estábamos a cubierto, pero qué put... que no hayamos podido hacer unos cuatro o cinco kilómetros más. En total, unos 7,200 km que también suman (para unos más que para otros).
Y entonces fuéeeee... - cuando la beséeeee, con un sorbito de champan.... No. Fué entonces... - la caidita de Roma. Tampoco. La desgraciada descargó todo lo que llevaba encima nuestro. Menos mal que ya estábamos a cubierto, pero qué put... que no hayamos podido hacer unos cuatro o cinco kilómetros más. En total, unos 7,200 km que también suman (para unos más que para otros).
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