
Hemos entrenado y corrido con sol, con nubes, con lluvia, con airón. Hemos disfrutado de paisajes, de caminos que no conocíamos y de los que ya están aburridos de nosotros. Nos conocen los charcos de Carbajosa y las roderas en los caminos de Miranda de Azán. Nos saludan las cuestas de Cabrerizos y nos relaja la rivera del Tormes.
Hoy escogimos un clásico: Cabrerizos-Aldealengua-Moriscos-Cabrerizos. 11,650m que no están mal para el día después, una vez descansadas las piernas. A un ritmo lento (- ¿Lento…? Si me traéis asfixiá. – Sí, lento…), en 1h 11’ (6,09 m/km) se hizo corto. Pero la tropa está preparando el MAPOMA y la larga la quieren el domingo.
Resumiendo, que me pierdo. Que en Moriscos tienen que estar muy contentos con el aire tan limpio y aromático que les llega. Ahora entiendo que al pasar por el pueblo, la mayor parte de las puertas y ventanas estén cerradas y no haya casi nadie por las calles. Auô de Vertedé, el aroma de mi hogar y mi familia!!!. Y todavía es peor si hacemos la tirada larga y nos vamos por el Bajo de los Picos o los Pajares.
En fin. Lo importante es que acabamos todos con buenas sensaciones y ganas de salir mañana para coger más pierna.

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