Hoy un recorrido clásico para una tarde de perros. Un aire frío no aventuraba un trote agradable. Y así fue, desde Cabrerizos y hasta acercarnos a Aldealengua. El cambio de dirección hacia Moriscos mejoró el entreno, ya con el aire de costado/espalda podía hablar, animar al resto de tropa.
Los kilómetros del domingo (y algo más, supongo) habían hecho mella. Las piernas de Lulú no respondían. Las de Tortuga Ana parecían de madera (decía). Er Manu resoplaba (por eso el aire que hacía??? – No. No, que venía detrás). Mis rodillas no iban muy finas, sobre todo en las cuestas. En fin, que menuda tropa para un día de fiesta.
El único que parecía disfrutar del camino era un can adjunto al que llaman Rataplán. No, no, no…. Idefix. No, no, no…. Xabri. No, no, no…. Sagui o algo así. Es de los Padres Fundadores. Y este sí que tiene piernas –patas-. Sube y baja. Entra y sale –de los caminos-. Va y vuelve. Y todo por un poco de agua y un trozo de turrón al final. Nunca se quejó. Eso sí, cualquier día se pisa la lengua y da más de un revolcón.
Al final, de regreso a Cabrerizos unos se meten en el vehículo mientras otros decidimos dar una vuelta por el pueblo –sólo por ver el ambiente, ¿sabes?- y como no había nada interesante ni por la cornisa ni por el Camino Valdepega regresamos después de haber recorrido un par de km. más que el resto. En total: unos 11,600 para la tropa, 13,800 para la liebre (aprox.) en 1h20’
Los kilómetros del domingo (y algo más, supongo) habían hecho mella. Las piernas de Lulú no respondían. Las de Tortuga Ana parecían de madera (decía). Er Manu resoplaba (por eso el aire que hacía??? – No. No, que venía detrás). Mis rodillas no iban muy finas, sobre todo en las cuestas. En fin, que menuda tropa para un día de fiesta.
El único que parecía disfrutar del camino era un can adjunto al que llaman Rataplán. No, no, no…. Idefix. No, no, no…. Xabri. No, no, no…. Sagui o algo así. Es de los Padres Fundadores. Y este sí que tiene piernas –patas-. Sube y baja. Entra y sale –de los caminos-. Va y vuelve. Y todo por un poco de agua y un trozo de turrón al final. Nunca se quejó. Eso sí, cualquier día se pisa la lengua y da más de un revolcón.
Al final, de regreso a Cabrerizos unos se meten en el vehículo mientras otros decidimos dar una vuelta por el pueblo –sólo por ver el ambiente, ¿sabes?- y como no había nada interesante ni por la cornisa ni por el Camino Valdepega regresamos después de haber recorrido un par de km. más que el resto. En total: unos 11,600 para la tropa, 13,800 para la liebre (aprox.) en 1h20’
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