
S’acaba mayo y el número de citas runniles a las que acudir se reducen dentro de nuestro radio de actuación geográfico. Y que las ganas también se merman, que co…!!! La próxima está marcada para el domingo, 5 de junio. Una quedada de amiguetes pá subir la Peña de Francia: una escusa para meterse entre pecho y espalda una buena paella y lo que caiga.
Hoy había prisas por poner los gemelos a tono, el cuerpo a punto y preparar la cabeza para enfrentarse a una larga tirada hacia arriba. El mejor sitio, cercano, para cuestas por asfalto: Huerta Otea. Las tienes de todas las clases y tamaños: rápidas, lentas, escaleras, llanos donde recuperar, bajadas,… Desde la Fontana hasta allí hay unos 3-4 km que nos sirven de calentamiento.
Una vez en la zona hay que ir seleccionando la calle por la que pasas, pero no es muy difícil: por una subes, por la siguiente, bajas –que subas coño.- Y asín hasta hartarse que en esta ocasión, fue pronto. – No puedo más, ¿pero habeis visto la inclinación…? –que tires, y con la puntera, sin apoyar el talón. Qué cruz…En total, más/menos, otros 6 km de subidas/bajadas; los gemelos, los riñones y el culo, puestos apunto. (por ahora, jejeje…)
Recogemos velas y de regreso hay que pasar por Salas Bajas para reponer líquidos. Por allí andaba Sera (nos dicen que tercero en la media de Cuatro Calzadas -este chico promete-) batiendo el aire. Despacio –un decir- consigo sacarles el trote rondando los 6’/km. y dejar al Tortugo y a Tortug’Ana (Lulú no bajó) medio listos para la próxima subida a…

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