
Si detienen a un ladrón al que le excitan las mujeres casadas... ¿le ponen las esposas?
Pues que me han vuelto a dejar sólo. Que me se han ido de vacaciones otra vez. (Yo creo que quieren dejarme y no saben cómo decírmelo). El caso es que hoy he retomado con carácter oficial los entrenos y me he propuesto hacerlos siguiendo un plan establecido para trabajar las medias.
Para empezar, unas cuestas sobre asfalto. Otro día tocará por caminos más blandos. Desde Salas Bajas, un poco de trote hacia Huerta Otea para calentar y al final escogemos una calle que está dividida en tramos de subida. Muy fuertes, pero paciencia y paso lento.
Las primeras “subidas” cuestan. Pasos cortos, rodillas arriba. Casi no nos movemos del sito y los metatarsianos se van resintiendo. Recuperamos caminando hacia abajo y volvemos a empezar pero esta vez corriendo con pasos cortos y pies más cerca del asfalto. Esta vez son dos tramos y resulta cansado. Recuperamos bajando caminando. Repetimos lo anterior con un tercer tramo y luego con un cuarto que resulta más cómodo por corto y final de cuesta.
Resulta duro y nos agotamos. Otra serie más y trotando regresamos a Salas Bajas. A pesar de todo acabas con la sonrisa en los labios porque allí, en aquella calle es donde empezó todo. Donde sólo podía subir dos tramos porque me asfixiaba y retomaba la “carrera” por la calle que desemboca a esa altura para recuperar aliento y pulso y fue mi primer reto: ser capaz de subirla entera de un “tirón”.
Para empezar, unas cuestas sobre asfalto. Otro día tocará por caminos más blandos. Desde Salas Bajas, un poco de trote hacia Huerta Otea para calentar y al final escogemos una calle que está dividida en tramos de subida. Muy fuertes, pero paciencia y paso lento.
Las primeras “subidas” cuestan. Pasos cortos, rodillas arriba. Casi no nos movemos del sito y los metatarsianos se van resintiendo. Recuperamos caminando hacia abajo y volvemos a empezar pero esta vez corriendo con pasos cortos y pies más cerca del asfalto. Esta vez son dos tramos y resulta cansado. Recuperamos bajando caminando. Repetimos lo anterior con un tercer tramo y luego con un cuarto que resulta más cómodo por corto y final de cuesta.
Resulta duro y nos agotamos. Otra serie más y trotando regresamos a Salas Bajas. A pesar de todo acabas con la sonrisa en los labios porque allí, en aquella calle es donde empezó todo. Donde sólo podía subir dos tramos porque me asfixiaba y retomaba la “carrera” por la calle que desemboca a esa altura para recuperar aliento y pulso y fue mi primer reto: ser capaz de subirla entera de un “tirón”.

No hay comentarios:
Publicar un comentario