
Ya hemos hablado en alguna ocasión del tema de la potomanía o el consumo compulsivo de agua. Desde luego, beber agua es necesario y fundamental, y más aún en épocas de calor como la actual en las que el riesgo de deshidratación es más grande. Pero los excesos son malos para todo, incluso para el agua.
Y es que beber alrededor de dos litros de agua al día es muy beneficioso para el organismo y contribuye a perder peso y llevar una dieta sana; pero llegar a beber hasta ocho litros de agua diariamente, que es una cantidad habitual para quienes padecen potomanía, es realmente peligroso.
Las personas que padecen de esta afección, y que pueden llegar a beber más de diez litros al día, lo hacen sin sed y prácticamente como una adicción. Si el líquido ingerido excede la capacidad de absorción del organismo humano, lo que ocurrirá será que la sangre quedará muy diluida y elementos esenciales para el cuerpo, como el sodio o el potasio, verán disminuida su presencia en el torrente sanguíneo.
El equilibrio celular quedará alterado, y los afectados experimentarán síntomas como calambres musculares, dolores de cabeza, fatiga e incluso desorientación. Hay un riesgo serio de fallecimiento, por lo que hay que tener mucho cuidado con esta adicción.
Tanto se ha hablado de los beneficios de tomar al menos dos litros de agua al día que rara es la persona que no tiene siempre a mano una botellita de agua a la que cada poco le da un buen trago. Es un acto mecánico, inconsciente que pocos son capaces de evaluar.
- ¿Cuánta agua bebes cada día? ‘Ni idea’ te dirá la mayoría o bien algo parecido a ‘nosé. Lleno la botellita unas cuantas veces al día’. Lo normal es que no pase nada, pocos seríamos capaces de beber más de siete litros al día de agua y no ser conscientes de ello. Sin embargo si ese es el caso, habría que consultar rápidamente con el médico, porque la potomanía puede alterar el buen funcionamiento de los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.
El exceso de líquidos puede provocar que los componentes de la sangre se diluyan y se produzca un desequilibrio en la concentración de electrolitos. La hiponatremia es una de las consecuencias más graves que puede aparecer en los casos extremos de potomanía y consiste en que el organismo concentra una cantidad muy baja de sodio en la sangre (inferiora 120 mEq/l) lo que impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo. Producto de ello, es habitual la aparición de náuseas, dolores de cabeza muy intensos o letargia. Los casos más graves terminan en convulsiones, parálisis o, incluso, el coma o la muerte.
Muchos de los casos habituales de potomanía aparecen entre los que desean seguir una dieta para bajar de peso por medio de un consumo exagerado de agua, con el que pretenden “engañar al estómago” al llenarlo con agua en lugar de hacerlo con comida. Se han dado también casos en atletas de alto rendimiento que consumen muchos más litros de agua de los que su organismo precisa, ante la preocupación que tienen de prevenir la deshidratación. En estas situaciones conviene estar alerta para descartar un trastorno por falta de control a la hora de beber agua.
Recordar que se habla de beber dos litros de líquidos, no sólamente agua. Cafés, infusiones, leche, refrescos, fruta, algunas comidas también son fuentes de líquidos, en su mayor parte agua.
Y es que beber alrededor de dos litros de agua al día es muy beneficioso para el organismo y contribuye a perder peso y llevar una dieta sana; pero llegar a beber hasta ocho litros de agua diariamente, que es una cantidad habitual para quienes padecen potomanía, es realmente peligroso.
Las personas que padecen de esta afección, y que pueden llegar a beber más de diez litros al día, lo hacen sin sed y prácticamente como una adicción. Si el líquido ingerido excede la capacidad de absorción del organismo humano, lo que ocurrirá será que la sangre quedará muy diluida y elementos esenciales para el cuerpo, como el sodio o el potasio, verán disminuida su presencia en el torrente sanguíneo.
El equilibrio celular quedará alterado, y los afectados experimentarán síntomas como calambres musculares, dolores de cabeza, fatiga e incluso desorientación. Hay un riesgo serio de fallecimiento, por lo que hay que tener mucho cuidado con esta adicción.
Tanto se ha hablado de los beneficios de tomar al menos dos litros de agua al día que rara es la persona que no tiene siempre a mano una botellita de agua a la que cada poco le da un buen trago. Es un acto mecánico, inconsciente que pocos son capaces de evaluar.
- ¿Cuánta agua bebes cada día? ‘Ni idea’ te dirá la mayoría o bien algo parecido a ‘nosé. Lleno la botellita unas cuantas veces al día’. Lo normal es que no pase nada, pocos seríamos capaces de beber más de siete litros al día de agua y no ser conscientes de ello. Sin embargo si ese es el caso, habría que consultar rápidamente con el médico, porque la potomanía puede alterar el buen funcionamiento de los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.
El exceso de líquidos puede provocar que los componentes de la sangre se diluyan y se produzca un desequilibrio en la concentración de electrolitos. La hiponatremia es una de las consecuencias más graves que puede aparecer en los casos extremos de potomanía y consiste en que el organismo concentra una cantidad muy baja de sodio en la sangre (inferiora 120 mEq/l) lo que impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo. Producto de ello, es habitual la aparición de náuseas, dolores de cabeza muy intensos o letargia. Los casos más graves terminan en convulsiones, parálisis o, incluso, el coma o la muerte.
Muchos de los casos habituales de potomanía aparecen entre los que desean seguir una dieta para bajar de peso por medio de un consumo exagerado de agua, con el que pretenden “engañar al estómago” al llenarlo con agua en lugar de hacerlo con comida. Se han dado también casos en atletas de alto rendimiento que consumen muchos más litros de agua de los que su organismo precisa, ante la preocupación que tienen de prevenir la deshidratación. En estas situaciones conviene estar alerta para descartar un trastorno por falta de control a la hora de beber agua.
Recordar que se habla de beber dos litros de líquidos, no sólamente agua. Cafés, infusiones, leche, refrescos, fruta, algunas comidas también son fuentes de líquidos, en su mayor parte agua.
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