En una entrada anterior de este blog ya aburrí al personal con mi relato sobre mi penoso año runero. ¿Y por qué no seguir aburriendo al querido público de esta fantástica página web? ¿Qué pasa? Rafa Iglesias habla de él mismo y todos bebemos de sus palabras, ¿no? Pues todos tenemos derecho a creernos Pérez Reverte por un rato.
Esta vez me voy a poner un poco más filosófico después de semanas de reflexión y pensamiento introspectivo ( ¡¡Tiembla Punset!! )
Después de todo lo pasado decidí tomarme un descanso de esto de correr y todo lo que lo rodea. Mi última carrera fue la Legua Solidaria con Vicente en Cabrerizos, en la que curiosamente no tuve ninguna molestia física, y me fui para casita con la cabeza que se me iba y se me venía:
Y realmente lo ha sido. Con este escrito no pretendo cambiar las razones por las que corre cada uno, simplemente intentar que al menos la gente que lo lea se pare un momento para analizarlas y ver si tiene que cambiar algo. Y todo se puede resumir en una pregunta:
Yo no sé si algún día podré correr mi querida maratón o no, pero lo que sí sé es que cuando vuelva a correr lo haré para disfrutar de cada entreno, aunque sea media hora al trote o una salida de palique con mis tortug@s adjuntos.
Sé que el correr tiene una parte de sufrimiento implícito pero no hagamos que ese porcentaje se dispare por voluntad propia. Ya critiqué la “profesionalización” que rodea a nuestro deporte y vuelvo a reivindicar al corredor popular con todas las connotaciones de la expresión. Voy más allá: ¡quiero una ley que diga que una vez al año exista una carrera donde todo el mundo disfrute del paisaje, de los compañeros y que el ritmo sea tal que se pueda ir hablando o sacando fotos¡
Y qué ser los últimos llene de orgullo y satisfacción como al rey el discurso de Navidad (qué gran día en Cercedilla, ¿verdad?, véase el álbum de fotos de esa carrera y todo el mundo lo entenderá)
Que no se me enfaden los avanzados (aunque seguro que una reflexión también les viene bien), aquellos que nos esperan en meta al resto duchados y comidos cuando algunos vamos por la mitad de la carrera. Y esto último lo digo literalmente, y si no que se lo pregunten a Juan Bueno en la II Carrera Popular Navas Center, que corrimos este año donde en una foto que salió en la prensa a él se le ve entrando en meta con los brazos en alto y a mí se me ve de espaldas pasando por el ecuador de la carrera.

Sí, ese que enseña su espalda a la derecha de la foto es un servidor.
Sé que cada uno tenemos nuestro nivel y que aquellos que se dan codazos en la primera fila tienen otro tipo de razones a las que nunca podremos aspirar el resto.
Pero desde la primera fila a la última hay un puñado de gente y es a esta gente a la que me estoy dirigiendo.
¡Disfruten del correr compañer@s!
Ángel, Tortuga D'Agua.
Esta vez me voy a poner un poco más filosófico después de semanas de reflexión y pensamiento introspectivo ( ¡¡Tiembla Punset!! )
Después de todo lo pasado decidí tomarme un descanso de esto de correr y todo lo que lo rodea. Mi última carrera fue la Legua Solidaria con Vicente en Cabrerizos, en la que curiosamente no tuve ninguna molestia física, y me fui para casita con la cabeza que se me iba y se me venía:
- “¿Dejar de correr? Eso es rendirme, ¿seguir corriendo?, ¿...y si me rompo más?”.En fin, una clásica imagen del angelito y el diablo sentados en mis huesudos hombros como si fuera un dibujo animado. Tras un par de días de comedura de tarro la decisión apareció de sopetón y por sorpresa: “borrón y cuenta nueva”. Mi cabeza se relajó a la vez que el cuerpo. Como me dijo un tal José Antonio (un tipo mu sabio algunas veces) “...en ocasiones hay que retroceder y coger carrerilla para saltar el charco.” Una temporada de ajuste mental era lo mejor.
Y realmente lo ha sido. Con este escrito no pretendo cambiar las razones por las que corre cada uno, simplemente intentar que al menos la gente que lo lea se pare un momento para analizarlas y ver si tiene que cambiar algo. Y todo se puede resumir en una pregunta:
- ¿Estoy disfrutando de mi deporte?Y no estoy hablando de buenos tiempos o grandes posiciones en tal o cual carrera sino de un disfrute real, de diversión, de dejar los malos pensamientos del día colgados de las esquinas de Salas Bajas o simplemente echarse unas risas con los compañeros de entrenamiento.
Yo no sé si algún día podré correr mi querida maratón o no, pero lo que sí sé es que cuando vuelva a correr lo haré para disfrutar de cada entreno, aunque sea media hora al trote o una salida de palique con mis tortug@s adjuntos.
Sé que el correr tiene una parte de sufrimiento implícito pero no hagamos que ese porcentaje se dispare por voluntad propia. Ya critiqué la “profesionalización” que rodea a nuestro deporte y vuelvo a reivindicar al corredor popular con todas las connotaciones de la expresión. Voy más allá: ¡quiero una ley que diga que una vez al año exista una carrera donde todo el mundo disfrute del paisaje, de los compañeros y que el ritmo sea tal que se pueda ir hablando o sacando fotos¡
Y qué ser los últimos llene de orgullo y satisfacción como al rey el discurso de Navidad (qué gran día en Cercedilla, ¿verdad?, véase el álbum de fotos de esa carrera y todo el mundo lo entenderá)
Que no se me enfaden los avanzados (aunque seguro que una reflexión también les viene bien), aquellos que nos esperan en meta al resto duchados y comidos cuando algunos vamos por la mitad de la carrera. Y esto último lo digo literalmente, y si no que se lo pregunten a Juan Bueno en la II Carrera Popular Navas Center, que corrimos este año donde en una foto que salió en la prensa a él se le ve entrando en meta con los brazos en alto y a mí se me ve de espaldas pasando por el ecuador de la carrera.
Sí, ese que enseña su espalda a la derecha de la foto es un servidor.
Sé que cada uno tenemos nuestro nivel y que aquellos que se dan codazos en la primera fila tienen otro tipo de razones a las que nunca podremos aspirar el resto.
Pero desde la primera fila a la última hay un puñado de gente y es a esta gente a la que me estoy dirigiendo.
¡Disfruten del correr compañer@s!
Ángel, Tortuga D'Agua.
Mis felicitaciones por tu reflexión..aplicable en todos los ámbitos, así que podríamos intentar disfrutar, o al menos intentarlo, de todas aquellas cosas que hacemos. Busquemos calidad de vida, que sólo tenemos una oportunidad...
ResponderEliminarGataConBotas
Completamente de acuerdo, me apunto a la petición de correr por correr y que por favor no nos miren mal los que corren tanto y nos ven llegar a la media hora del primero, haciendote sentir que lo que acabas de hacer no tiene valor porque no lo has hecho a 4'20. O no te ponen en la clasificación en una carrera "POPULAR" por llegar 5 min despues de la hora...
ResponderEliminarGracias por tu reflexión y animo que yo para ir charlando,TU, y yo escuchando,ahí estoy.
Me ha encantando esta publicación, y también estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarSolo somos humanos... no podemos evitar hincharnos de orgullo cuando adelantamos a alguien... y sentirnos pequeñitos y ridículos cuando nos adelantan sin siquiera jadear.
Tenemos nuestras lesiones, nuestras limitaciones por el momento psicológico que a veces atravesamos, pero sobre todo nuestros limites personales insuperables.
Pero, si lo miras desde una perspectiva más bien positiva, es realmente increíble como siendo solamente humanos, pasito a pasito, vamos hacia delante. Quizá no ganemos carreras populares, pero, enfundados en nuestras zapatillas, ganamos la mayor carrera de todas, la de sobrevivir a este mundo a veces tan difícil; superando obstáculos, poquito a poco, como auténticos corredores de fondo.
Para mi ese es el espíritu fondista... Quiero ser fondista en la vida. Llegar sin prisa, sin demasiadas pausas, y a mi ritmo. Y los que lleguen primero, que me vayan preparando la cena ;)
Cierto es que en la vida hay que superarse día a día e intentar llegar un poco más lejos, más alto y coincido contigo en que no tiene porqué ser siempre más rápido.
ResponderEliminarTu reflexión adaptada a nuestro deporte es fácil de asimilar en la vida laboral y personal. Los grandes logros, por lo general, son frutos de lenta maduración, o como diría mi abuela "vísteme despacio que tengo prisa"
Jose DCABRERIZOS