
El elemento de nuestra equipación al que más atención prestamos son las zapatillas: minimalistas, supinadoras, pronadoras, para trail... En muchas webs y revistas especializadas utilizan términos que son propios del mundo de las zapatillas de running y que desconocemos su significado.
En este artículo vamos a repasar la terminología asociada al mundo de las zapatillas de running así como las características que debería reunir una buena zapatilla independientemente de para qué esté concebida: entrenamientos, tiradas largas, cortas, trail....

Estructura de una zapatilla (Imagen: runnersworld )
Estructura de una zapatilla.
El upper es la parte de la zapatilla que cubre los dedos, la parte superior y los lados del pie y el talón. Puede ser únicamente una pieza o estar formado por varias cosidas entre si. Normalmente se realiza de una malla suave y transpirable que se estira y adopta la forma de la zapatilla.
- CORDONES. Se utilizan para ajustar la zapatilla. Al hacerlo no debemos notar mucha presión en ningún punto determinado. No debemos notarlos. Si lo hacemos, es porque los cordones son demasiado finos o la lengüeta demasiado gruesa.
- LENGUETA. Compuesta de material blando para no notar la presión de los cordones.
- OVERLAYS o REFUERZOS. Tiras que junto con los cordones ayudan a la sujección del pie.
- COLLAR. Realizado de material blando. Se encuentra justo por debajo del tobillo para proporcionar un ajuste cómodo.
- VAMP o PARTE DELANTERA DEL UPPER. Es lo que comúnmente tocamos para saber si el número de nuestra zapatilla es el adecuado.
- SILLA. Junto con los refuerzos envuelven la parte media del pie y sirve para apoyar el arco. Si está mal ajustada el pie baila dentro de la zapatilla y nos provoca ampollas.
- OJALES. Por donde pasan los cordones para apretar la parte superior alrededor del pie. Si siente presión bajo un ojal en particular, no lo utilice para atar su zapatilla.
- TALON. Soporte rígido trasero. Si la zapatilla está bien ajustada el talón quedaría al ras contra el soporte rígido y no debería moverse.
El drop es la diferencia de altura entre el talón y la punta.
El término barefoot se referiere a la corriente que está a favor de utilizar zapatillas con escasa amortiguación (como si estuviésemos corriendo descalzo).

Características de una zapatilla de running.
Cuando nos acercamos a una tienda para probar unas nuevas zapatillas debemos cerciorarnos de que estas cumplen con unas características esenciales, tanto si son para entrenar, competir, para terrenos firmes como el asfalto o terrenos montañosos.
- Es importante que la zapatilla cuente con una buena amortiguación, para reducir el impacto contra el suelo.
- Debe tener una buena flexibilidad, pudiendo doblarse al menos un 30% por detrás de los metatarsos.
- Debe ser estable, sin deformarse al impactar contra el suelo. Aún siendo pronador o supinador la zapatilla al impactar debe hacer la pisada natural, sin bascular ni hacia afuera (supinador) ni hacia dentro (pronador).
- Debe tener una buena suela, con un dibujo que nos ayude a agarrarse a diferentes terrenos: caminos, asfalto, barro, hierba, así como en situaciones adversas como en días lluviosos.
- Debe ser una zapatilla equilibrada en cuanto a peso y amortiguación, si pesa demasiado nos costará mucho moverla, pero si pesa poco tendrá poca amortiguación. Buscar un equilibrio.
- La dureza de la zapatilla incide en la resistencia de la misma, pero si tenemos una zapatilla muy dura no será muy flexible. Según la distancia a la que nos enfrentemos y nuestro peso debemos analizar si es necesario una zapatilla con más dureza o con más flexibilida
Fuente: http://www.runnersworld.com/
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