- Vago.
Hubo para todos. Hornazo. Incluida la última, que tuvo más mérito. Una nueva carrera en el calendario runnil salmantino. Esta vez en la llanura, por calles de Peñaranda de Bracamonte. 10 km con la escusa del hornazo, especie de bollo preñao en otros lares, empaná de tajás, que dirían en mi pueblo.
Otra vez doce más uno (que faltaba en la foto), otra vez un grupo bastante numeroso de tortugas dándolo tó por las calles de Peñaranda. Con nuevos componentes que ponen el listón cada vez más alto acercándonos, cada vez más, a los puestos de cabeza.
10km muy llanitos ( de donde no hay no se puede sacar ), más o menos fáciles pero que, por lo mismo, se volvían más exigentes. En la competición ya se sabe: a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga. Y en las primeras rectas ya veías tortugas por todas las posiciones: muy, muy delante, al alcance de la vista, a unos pocos metros por delante (que luego se convirtieron en muchos), unos cuantos metros por detrás (que luego se convertirían en pocos) y cerrando el paquete, quien se lo tomó con más calma ayudando a mejorar tiempos a quien más lo necesitaba (caridad se llama eso o “no quiero más broncas luego en casa, así es que mejor me quedo y acompaño”, que ese otro nombre también recibe este tipo de actos “totalmente voluntarios”, quede claro) y siempre pensando en el MAPOMA.

Una nueva carrera que promete: buena organización, nada cara, con fin social último, recorrido cerrado al tráfico (como siempre agradecer a los voluntarios su silencioso trabajo), urbano, todo asfalto,… bueno, casi todo, cronometrado con chip, con dos avituallamientos líquidos en el recorrido, camiseta técnica lucible, con la serigrafía justa y bolsa del corredor suficiente (generosa para el coste). El punto negro lo pone, como casi siempre en casi todas las competiciones, el tallaje de las camisetas y el empeño de algún miembro del equipo de voluntarios de no poder cambiarla.
Curioso el recorrido con dos puntos de referencia, uno al extremo del otro: las pistas de atletismo (guapas, con un tartán azul haciendo juego con nuestras camisetas, habría sido un buen sitio para las fotos) y la plaza de toros (vuelta al ruedo con una arena humedecida, en algún punto, por la lluvia de días anteriores y un pasodoble como música ambiental que acojonaba y te hacia apretar el paso no siendo que te sacaran algún morlaco). Las entradas y salidas a estos recintos un poco justas pero a esas alturas de carrera ya vamos muuuy estirados. El resto, todo asfalto y callejeo doblando paso. Para finalizar, tras la entrega de trofeos, un ágape que hizo las delicias de nuestros hambrientos estómagos.
Lo cierto es que cada vez hay más nivel en este tipo de pruebas populares. El boom del running y la insultante juventud de las nuevas incorporaciones mejor preparadas físicamente es lo que tiene. Corrimos entre amigos: Veteranos, Cazabaches, Correcaminos, Macotera, Vicente (uno sólo, pero que da guerra como cinco),… y entre todos ell@s… quién ganó?... pues el/la de costumbre: el señor Juan y la sita Gema. Esto ya empieza a ser cansino…
Lo de Juan no tiene nombre:

Vini (tarde, pero vini)

Vidi ("11:30…, tengo boda a las 13…")

Vinci (sólo, como casi siempre)
En fín: enhorabuena a los premiados!!!. Para ti también Gema (mi cámara se hubiera fijado más en ti, como en otras ocasiones, pero es que hoy teníamos fotógrafa. La próxima.)
Como siempre, las fotos las tenéis en la página polaroid.
En Madrid también hubo competencia, el XIII Medio Maratón Asics Villa de Madrid en la que hubo representación tortuguil: Oscar, con un tiempazo -01:45- para alguien que casi acaba de empezar (repito: tener buena entrenadora hace mucho, para qué lo vamos a negar,…) y Merche que, con toda la voluntad del mundo, acabó sus primeros 21km en esto del correr. Enhorabuena a los dos.

Por aquí, sólo esperar y seguir trabajando (si la lluvia nos deja) preparando la Media de Ciudad Rodrigo y el MAPOMA que este año coinciden en el tiempo y nos tocará dividir fuerzas. Seguiremos comentando.
Otra vez doce más uno (que faltaba en la foto), otra vez un grupo bastante numeroso de tortugas dándolo tó por las calles de Peñaranda. Con nuevos componentes que ponen el listón cada vez más alto acercándonos, cada vez más, a los puestos de cabeza.
10km muy llanitos ( de donde no hay no se puede sacar ), más o menos fáciles pero que, por lo mismo, se volvían más exigentes. En la competición ya se sabe: a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga. Y en las primeras rectas ya veías tortugas por todas las posiciones: muy, muy delante, al alcance de la vista, a unos pocos metros por delante (que luego se convirtieron en muchos), unos cuantos metros por detrás (que luego se convertirían en pocos) y cerrando el paquete, quien se lo tomó con más calma ayudando a mejorar tiempos a quien más lo necesitaba (caridad se llama eso o “no quiero más broncas luego en casa, así es que mejor me quedo y acompaño”, que ese otro nombre también recibe este tipo de actos “totalmente voluntarios”, quede claro) y siempre pensando en el MAPOMA.
Una nueva carrera que promete: buena organización, nada cara, con fin social último, recorrido cerrado al tráfico (como siempre agradecer a los voluntarios su silencioso trabajo), urbano, todo asfalto,… bueno, casi todo, cronometrado con chip, con dos avituallamientos líquidos en el recorrido, camiseta técnica lucible, con la serigrafía justa y bolsa del corredor suficiente (generosa para el coste). El punto negro lo pone, como casi siempre en casi todas las competiciones, el tallaje de las camisetas y el empeño de algún miembro del equipo de voluntarios de no poder cambiarla.
Curioso el recorrido con dos puntos de referencia, uno al extremo del otro: las pistas de atletismo (guapas, con un tartán azul haciendo juego con nuestras camisetas, habría sido un buen sitio para las fotos) y la plaza de toros (vuelta al ruedo con una arena humedecida, en algún punto, por la lluvia de días anteriores y un pasodoble como música ambiental que acojonaba y te hacia apretar el paso no siendo que te sacaran algún morlaco). Las entradas y salidas a estos recintos un poco justas pero a esas alturas de carrera ya vamos muuuy estirados. El resto, todo asfalto y callejeo doblando paso. Para finalizar, tras la entrega de trofeos, un ágape que hizo las delicias de nuestros hambrientos estómagos.
Lo cierto es que cada vez hay más nivel en este tipo de pruebas populares. El boom del running y la insultante juventud de las nuevas incorporaciones mejor preparadas físicamente es lo que tiene. Corrimos entre amigos: Veteranos, Cazabaches, Correcaminos, Macotera, Vicente (
Lo de Juan no tiene nombre:
Vini (tarde, pero vini)
Vidi ("11:30…, tengo boda a las 13…")
Vinci (sólo, como casi siempre)
En fín: enhorabuena a los premiados!!!. Para ti también Gema (mi cámara se hubiera fijado más en ti, como en otras ocasiones, pero es que hoy teníamos fotógrafa. La próxima.)
Como siempre, las fotos las tenéis en la página polaroid.
En Madrid también hubo competencia, el XIII Medio Maratón Asics Villa de Madrid en la que hubo representación tortuguil: Oscar, con un tiempazo -01:45- para alguien que casi acaba de empezar (repito: tener buena entrenadora hace mucho, para qué lo vamos a negar,…) y Merche que, con toda la voluntad del mundo, acabó sus primeros 21km en esto del correr. Enhorabuena a los dos.
Por aquí, sólo esperar y seguir trabajando (si la lluvia nos deja) preparando la Media de Ciudad Rodrigo y el MAPOMA que este año coinciden en el tiempo y nos tocará dividir fuerzas. Seguiremos comentando.
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