/* */ tortugas veloces: Entrenar la mente cuando corres.
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04 abril 2013

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Entrenar la mente cuando corres.

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El deporte de competición es exigente. La competición suele ser una situación límite para el atleta e implica estar al máximo de sus capacidades, tanto físicas como psicológicas. Las presiones del entorno y las preocupaciones del atleta sobre el resultado de la competición, pueden hacer que no se encuentre suficientemente concentrado, haciendo que el rendimiento disminuya.

En los deportes de resistencia, hay una serie de aspectos psicológicos que pueden poner en peligro el rendimiento. Entre estos encontramos el estado de ánimo, el exceso de ansiedad antes de competir, la falta de motivación y de autoconfianza, la falta de concentración, el exceso de preocupaciones y sufrimiento, y la falta de apoyo en carrera y de autocontrol emocional.

El estado de ánimo se ha de tener en cuenta, ya que los problemas de la vida diaria pueden disminuir la motivación y la concentración durante la competición.

La excesiva ansiedad y miedo a la competición hace que no se esté suficientemente preparado para afrontarla con garantías de éxito. Los músculos se ponen rígidos y los movimientos se fuerzan, aumentando la posibilidad de que la fatiga aparezca prematuramente.

La autoconfianza y la motivación del atleta ante la competición también son importantes. Un atleta que no tiene confianza en si mismo ni está suficientemente motivado nunca podrá dar el 100% de lo que es capaz.


Durante la realización de la prueba, la concentración y la motivación son muy importantes. Éstas se pueden ver mermadas por aspectos como la fatiga, el dolor y el sufrimiento. Debido a que las pruebas de resistencia requieren una movilización total de energía corporal, para realizarlas son muy importantes un alto nivel de determinación, la habilidad para ignorar el dolor, y otras características mentales que denotan persistencia y durabilidad. El esfuerzo y la lucha contra la fatiga, el dolor y el sufrimiento son las características predominantes de los deportes de resistencia.

En la competición se pasan por muchas situaciones que pueden resultar amenazadoras para el atleta. Entre estas encontramos: el ritmo elevado de la carrera, los dolores corporales (en piernas, brazos, estómago, etc.), la fatiga, las sensaciones de ahogo, las críticas del entrenador, de los compañeros, el miedo al fracaso, etc. Sino se tienen los recursos para afrontar estas amenazas el atleta no podrá rendir adecuadamente.

La fatiga física es uno de los aspectos más importantes que determina el resultado de la competición. La fatiga física aparece al sobrepasarse el umbral anaeróbico. El secreto de una buena competición consiste en conseguir un mayor rendimiento, sin sobrepasar este umbral. En los momentos iniciales de la prueba esto es fácil, pero a medida que pasa el tiempo al intentar buscar la mejor posición o la mejor marca posible se sobrepasa.


Como que el umbral anaeróbico limita el rendimiento, el objetivo es que este fenómeno suceda lo más tarde posible. Diversos factores como la falta de atención; no querer perder el contacto con el grupo delantero o algún grupo de corredores; ponerse objetivos demasiado elevados y difíciles de conseguir; la ansiedad antes de competir y durante la competición; una autoconfianza excesiva; comentarios del entrenador o público; etc., pueden acelerar el proceso.

Los pensamientos se hacen más intensos a medida que aumenta el esfuerzo. Antes de que el atleta abandone, primero se abandona con el pensamiento, y sólo después se deja de correr. En esta situación, los pensamientos se vuelven ambivalentes y oscilan entre la duda y la esperanza. La lucha por resistir se realiza a través de ellos; si se tiene la capacidad psicológica para regularlos en el sentido de poder resistir con esperanza de éxito, se dispone de la habilidad fundamental para superar estas situaciones.

La mente juega un papel muy importante cuando corremos, debiendo llevar una actitud positiva durante la realización de este deporte, a la vez que intentaremos disfrutar en todo momento de la actividad.

Existen corredores que están convencidos que el aspecto físico cuenta un 75% mientras que la mente cumplimenta la totalidad, dependiendo de la distancia de la carrera. Vamos a ver cómo podemos entrenar y ejercitar la fortaleza mental, que nos permitirá llegar a cruzar la tan ansiada meta.

Lo que es una realidad, que cuando corremos entrenamos nuestro físico, optimizando nuestra calidad de vida, pero también trabajamos tanto nuestro pensamiento como nuestra mente. Cuando estamos cansados físicamente, comienza a jugar un papel fundamental nuestra motivación por querer ver cumplimentado nuestro objetivo.

La motivación, la podríamos definir como el músculo más fuerte del cuerpo humano, que como el resto del cuerpo hay que entrenarla, buscando alicientes continuos, que nos permitirán superarnos.
  • Fraccionamiento del objetivo: cuando nos calzamos las zapatillas, para salir a correr por primera vez, 45 minutos nos parecen una eternidad, pero con el paso del tiempo y entrenamiento lo consideramos como algo casi rutinario.

    Al correr un maratón, nada más empezar, si pensamos que nos quedan 42 kilómetros, nos puede parecer una eternidad. En la vida, al igual que en la carrera, cuando nos encontramos un gran problema, a primera vista nos es difícil enfrentarnos a él, pero si lo fraccionamos en pequeños problemas, nos resultará más sencillo encontrar una solución.

    Si en una carrera de larga distancia, como un maratón o una media maratón, la dividimos en pequeños tramos que nos parezcan manejables, como 5 ó 10 kilómetros, nos resultará más sencillo lograr nuestro objetivo.

  • Positividad: corremos porque nos gusta, nos divierte y nos apetece, motivos más que suficientes para mantener una actitud positiva en cada zancada que demos. Si podemos compartir esta positividad con otros corredores, también recibiremos lo mismo de ellos.

  • Recompensa: es fundamental mantener distraída a la mente, para ello podemos motivarnos cada cierto tiempo o distancia, con pequeñas recompensas, como si se tratara de pequeñas carreras por las que luchamos por el premio.

    Estas recompensas, bien pueden ser en forma de alimentos o bebidas. Si llego al siguiente punto o referencia, obtengo mi premio.

  • Distracción: la música es un vínculo con cada una de las distintas situaciones vividas anteriormente. Seguramente si recordamos una situación de nuestra vivida nos venga a la mente alguna canción.

    La música la podemos considerar como un elemento principalmente motivador, muy recurrible, cuando nuestra mente y cuerpo se encuentren cansados, tanto físicamente como mentalmente.

  • Visualización del objetivo: tanto cuando nos encontramos cansados como cuando la pereza a parece debemos visualizar la meta por la que tanto luchamos.



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