
Cuando estamos preparando una competición como un maraton o media, lo normal es llevar una planificación de los entrenamientos. Y en esa planificación debemos pensar que hay que hacer los días y semanas antes del día de la carrera.
Nada de lo que hagamos esos días antes nos ayudará a ser más rápidos, pero sí que la preparación que hayamos hecho se vaya al traste por una mala planificación final. Esta planificación final de reducción de carga es el Tapering.
La idea del tapering es que el cuerpo asimile todo el trabajo hecho anteriormente en los entrenamientos, que se recupere de ellos y que llegue a la competición en sobre-compensación y por tanto pueda rendir a un nivel superior a lo que venía haciendo en los entrenamientos.
También se produce una mejora en el sistema nervioso. El deportista se encuentra con una predisposición a que su sistema nervioso se presente descansado a la hora de controlar y coordinar los músculos durante esfuerzos de mayor velocidad.
Deberemos reducir de una forma progresiva pero no lineal la carga de nuestros entrenamientos durante un período variable pero planificado en el tiempo. Si lo extendemos más de la cuenta, el deportista se enfrentará a una disminución de su forma.
En el tapering debemos jugar con la frecuencia de los entrenamientos, con el volumen de estos y su intensidad. La frecuencia de entrenamiento debería ser un 20-30% inferior. El volumen debería disminuir de una forma bastante drástica (y no necesariamente de forma lineal). Si, por ejemplo, se hacen entrenamientos de 1-2 horas, en estos últimos días se podría bajar hasta los 30-40 minutos de entrenamiento. Y la intensidad debería ser media o media-alta. O sea, rondando el 70-75% del máximo.
En el caso del maratón, deberíamos empezar esta reducción al menos 10 días antes de la competición.
Nada de lo que hagamos esos días antes nos ayudará a ser más rápidos, pero sí que la preparación que hayamos hecho se vaya al traste por una mala planificación final. Esta planificación final de reducción de carga es el Tapering.
La idea del tapering es que el cuerpo asimile todo el trabajo hecho anteriormente en los entrenamientos, que se recupere de ellos y que llegue a la competición en sobre-compensación y por tanto pueda rendir a un nivel superior a lo que venía haciendo en los entrenamientos.
También se produce una mejora en el sistema nervioso. El deportista se encuentra con una predisposición a que su sistema nervioso se presente descansado a la hora de controlar y coordinar los músculos durante esfuerzos de mayor velocidad.
Deberemos reducir de una forma progresiva pero no lineal la carga de nuestros entrenamientos durante un período variable pero planificado en el tiempo. Si lo extendemos más de la cuenta, el deportista se enfrentará a una disminución de su forma.
En el tapering debemos jugar con la frecuencia de los entrenamientos, con el volumen de estos y su intensidad. La frecuencia de entrenamiento debería ser un 20-30% inferior. El volumen debería disminuir de una forma bastante drástica (y no necesariamente de forma lineal). Si, por ejemplo, se hacen entrenamientos de 1-2 horas, en estos últimos días se podría bajar hasta los 30-40 minutos de entrenamiento. Y la intensidad debería ser media o media-alta. O sea, rondando el 70-75% del máximo.
En el caso del maratón, deberíamos empezar esta reducción al menos 10 días antes de la competición.

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