Erase una vez un talón, veterano en años y carreras de todo tipo, había aguantado bajo el sol del verano, el frio y la lluvia del invierno, cuestas en Cabrerizos, Maratones y Medias Maratones, había sido el talón de guardia del equipo cuando los demás compañeros no podían salir a correr por lesión.
El pobre talón estaba ya muy cansado y decidió que debía descansar, iba avisando a su dueño para que tomase cartas en el asunto, y el dueño, le propuso, muy a su pesar, que si aguantaba una carrera más le dejaría descansar y como recompensa a sus esfuerzos le llevaría a recuperar.
El talón accedió de mala gana se propuso correr la Media Maratón de Navalmoral. Ayer nos dirigimos pues, las Tortugas Veloces hacia Extremadura a disfrutar de un soleado día, fresco y agradable de correr, Paco, probándose para ir cogiendo fuerza para el Maratón, y Manuel para lo mismo, aunque con el pie dolorido y con poco entreno; ya se sabe hay que parar cuando hay molestias, pero es tan difícil...
Puerto de reportera gráfica y una servidora de “palmera”, que hay que animar a los colegas en el esfuerzo.
Por allí, como siempre conocidos: Sera, Dori, Agustín, Juan, Fernando, Ricardo, Benja y otros cuantos salmantinos, así como clubs de Portugal, Badajoz, Cácer...
Buen ambiente y buena organización, una bolsa con regalos y comida y una llegada con avituallamiento de bocata fruta bebidas… muy buen trato como siempre.
El recorrido lo habían cambiado, decían para suavizarlo, en cuanto a eso no puedo opinar, no lo hice, pero nuestros corredores se superaron en sus marcas del año pasado, asi que aunque cansada es más asequible, deduzco yo.
Por lo que cuentan, además del paisaje extremeño “disfrutaron” de la compañía, en mitad del recorrido de la presencia de un caballo que decidió hacer un tramo de la carrera con ellos.
El talón aguantó, y se ganó su merecido descanso.
Lo emotivo: el último corredor, al llegar a meta, se paró y se acercó al público dónde estaba el que creemos sería su padre, un hombre mayor, con su bastón, y entraron ambos andando en la meta, gesto que emocionó a todos los presentes y aplaudido por organización, voluntarios, ciclistas, publico y hasta guardia civil, todos le reconocieron su esfuerzo y gesto. Alguna lagrimilla sacó, ejem... Por cosas como esta también nos gusta este deporte.
Después de la carrera entrega de premios y sorteo de lotes y regalos que como todos los años nos pasaron al lado, salieron todos los números alrededor de los nuestros. ¡Qué suerte!.
El pobre talón estaba ya muy cansado y decidió que debía descansar, iba avisando a su dueño para que tomase cartas en el asunto, y el dueño, le propuso, muy a su pesar, que si aguantaba una carrera más le dejaría descansar y como recompensa a sus esfuerzos le llevaría a recuperar.
El talón accedió de mala gana se propuso correr la Media Maratón de Navalmoral. Ayer nos dirigimos pues, las Tortugas Veloces hacia Extremadura a disfrutar de un soleado día, fresco y agradable de correr, Paco, probándose para ir cogiendo fuerza para el Maratón, y Manuel para lo mismo, aunque con el pie dolorido y con poco entreno; ya se sabe hay que parar cuando hay molestias, pero es tan difícil...
Puerto de reportera gráfica y una servidora de “palmera”, que hay que animar a los colegas en el esfuerzo.
Por allí, como siempre conocidos: Sera, Dori, Agustín, Juan, Fernando, Ricardo, Benja y otros cuantos salmantinos, así como clubs de Portugal, Badajoz, Cácer...
Buen ambiente y buena organización, una bolsa con regalos y comida y una llegada con avituallamiento de bocata fruta bebidas… muy buen trato como siempre.
El recorrido lo habían cambiado, decían para suavizarlo, en cuanto a eso no puedo opinar, no lo hice, pero nuestros corredores se superaron en sus marcas del año pasado, asi que aunque cansada es más asequible, deduzco yo.
Por lo que cuentan, además del paisaje extremeño “disfrutaron” de la compañía, en mitad del recorrido de la presencia de un caballo que decidió hacer un tramo de la carrera con ellos.
El talón aguantó, y se ganó su merecido descanso.
Lo emotivo: el último corredor, al llegar a meta, se paró y se acercó al público dónde estaba el que creemos sería su padre, un hombre mayor, con su bastón, y entraron ambos andando en la meta, gesto que emocionó a todos los presentes y aplaudido por organización, voluntarios, ciclistas, publico y hasta guardia civil, todos le reconocieron su esfuerzo y gesto. Alguna lagrimilla sacó, ejem... Por cosas como esta también nos gusta este deporte.
Después de la carrera entrega de premios y sorteo de lotes y regalos que como todos los años nos pasaron al lado, salieron todos los números alrededor de los nuestros. ¡Qué suerte!.
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