/* */ tortugas veloces: Mitja Marató de Barcelona 2014
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22 febrero 2014

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Mitja Marató de Barcelona 2014

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Sergio M. González Julián.

El pasado domingo, 16 de febrero, se celebró la Media Maratón de Barcelona 2014, con un recorrido muy llano que transita por el centro de la ciudad y por el frente marítimo. La edición número 24 con la participación de unos 15.000 corredores que recorrieron los 21 kilómetros y 95 metros.

Tortugas por el Mundo estuvo allí con la magnífica representación en la persona de Sergio. Aquí os dejamos con su crónica de lo acontecido.

7:00 A.M.
Madrugón para correr, no recordaba la ultima vez que me había levantado a esa hora. Me asomé al balcón y justo debajo la cuadrilla que trabaja en Barcelona poniendo las calles me saludó:

- “Bons dies Sergi espera una mica en el que acabem de posar carrers”
- “No passa res”, les contesté alegremente, era hora del desayuno: pan tumaca y un cafetín, desayuno típico del la zona. Los nervios, que aun estaban dormidos, empezaron a desperezarse en mi barriga, se acercaba la hora de la carrera.

8:00 A.M.
Bajamos la boca del metro desde el barrio de Sants, donde vive mi amigo, en dirección Arc del Triomf, donde comenzaba la carrera. Los nervios afloraban cada vez más en mi barriga. En cada parada de metro por la que pasábamos, subía más y más gente, cada vez íbamos más apretujados. Hasta que llegamos a nuestra parada. Quedamos con otro chico, compañero de trabajo de mi amigo, nos hicimos unas fotos para el blog, y nos pusimos a calentar.

8:30 A.M.
Cada uno por su lado, nos deseamos suerte, quedamos para el final de la carrera y cada uno para su cajón, giré la calle que al mío y entré en la avenida de salida. ¡12.000 personas en una avenida! Increíble el ambiente que había al entrar en ella, el ambiente era básicamente, réflex. Si un comisario me hace una prueba antidoping, me descalifican por inhalación. Nervios fuera pensé, y seguí calentando para el comienzo.

8:45 A.M.
Llevo cosa de cuarto de hora esperando en mi cajón cuando la megafonía empieza a presentar la carrera. Todo el mundo aplaude y grita, los espartanos hubieran huido con el rabo entre las piernas si nos llegan a escuchar. Se da el pistoletazo de salida y la gente empieza a ponerse nerviosa pero, tranquilos, todavía falta otro cuarto de hora para que podamos empezar a salir nosotros. ¿Pero esto que es?, no sabía yo que tardaría tanto en salir y claro, cuando llego al arco de salida, el crono ya marca 15 min. ¡Cabrones!, pensé. Por fin no dieron nuestro pistoletazo y a correr. Los nervios desaparecen por arte de magia y ahora solo hay que concentrarse en correr.

9:00 A.M.
Por fin estoy en el asfalto, pero… parecemos una manada de ñus,¿ por dónde corro, de qué lado me pongo?, dejarme correr, es todo una locura. Al cabo consigo hacerme un hueco al lado derecho donde iba a ponerse un amigo con la cámara de fotos, misión: La búsqueda de la cámara perdida entre la multitud.

Lo consigo ver le grito, no se si me ha visto, sigo corriendo. Todo va de maravilla, muy llano, muy rápida, mucho adelantamiento, todo es bonito.

Km 5, primer avituallamiento. Muy contento yo me acerco al lado izquierdo del pelotón, donde a mi parecer, es donde todo iba más fluido, me acerco a la mesa y para mi sorpresa, la gente SE PARA A ESPERAR. Nunca había visto ninguna carrera donde la gente se parara en seco en el avituallamiento, locura en el avituallamiento, esquivo estatuas sudorosas recibo algún que otro codazo de algunos corredores al intentar esquivar gente. Locura, como sean así todos ya verás tú. Consigo con dificultad agua y powerade, ya puedo seguir, estaré atento ya en todos los demás, esto no me vuelve a pasar.

No sé qué hora será pero llego al Km. 8, otra vez Arco del Triunfo, esta vez veo más fácilmente al cámara y él a mi también, nos saludamos y corre un rato a mi lado haciendo fotos. Estoy muy motivado, doblo la esquina y veo al globo de las 2 horas.

¿Por qué, señor, por qué?. Por qué habré visto al globo de las dos horas. Lo miro, miro mi reloj, no puede ser, o si, empiezo a dudar y decido pegarme a él para así poder llegar al final y esprintarle en los últimos 500m. Lo sobrepaso, voy fuerte.

Km 13. Hace un buen rato que no sé nada del globo de las 2 horas, en el kilometro 10 lo había perdido de vista y, no sé si será porque es un numero maldito, o porque trae mala suerte, o los astros se alinearon para reírse de mí, pero el globo de las dos horas me pasa a la velocidad del rayo. Me quedo estupefacto. Miro mi reloj, no puede ser; ¿A este tipo que le han dado en el avituallamiento del kilometro 10? Me vengo abajo, me desinflo, ha llegado el final, esta no la termino, me falta el aire, todos son malos pensamientos: ¿Por qué habré salido tan rápido, por qué me habré pegado al globo, por qué no habré ido a mi bola?.

Mi Ipod, tiene un as en la manga:
- No te me vengas abajo muchacho, sé cómo hacer que te recompongas.
De pronto mi Ipod decide que es hora de que escuche a Ennio Morricone y la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo”. Mi cerebro cambia el chip. No me puedo rendir, ahora no, he venido desde lejos para tirar la toalla, ¡NO!, gracias Ipod, por tu ayuda con la música épica, sin tí, igual no abría terminado la carrera. Bajo un poco el ritmo, recupero la respiración y sigo hacia adelante.

Lo que queda de carrera no vuelvo a mirar el crono, no quiero volver a venirme abajo, he venido a disfrutar, no a sufrir. Llega el 18 y una cuesta corta, de no más de 10 metros pero con un desnivel matador. Me entra ira homicida hacia el realizador de la prueba. Muchos compañeros caen como moscas, pero yo ya estoy mentalizado en acabar no he llegado tan lejos para morir a tres kilómetros de la meta. Con mucha parsimonia subo la cuesta y encamino la penúltima avenida, una recta, una curva y la recta final me separan de la meta, me dejo llevar por los gritos, las carracas y cencerros, doy la curva final y encamino la recta de meta todo el mundo anima y es como si te llevaran en volandas hacia la meta. Ultimo esfuerzo, subo el ritmo y miro el reloj al entrar.

Conseguido, entro en un tiempo más que decente, bajando marca en carreras en llano, entro eufórico, no me lo creo lo he conseguido, 2:03:11, muy buen tiempo, reto superado. Me gano mi medalla, y mi platanito recuperador, un buen rato de estiramientos, el reconocimiento de los amigos y una buena cervecita mientras contamos anécdotas, unas más graciosas que otras, pero todos hemos terminado contentos, y eso es lo que realmente importa, el año que viene, espero volver pero esta vez, sin pegarme a ningún globo de ningún tipo ni color, no volveré a cometer: “la del principiante”.

En este enlace están las fotos que hicimos y este es el video de la llegada.


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