/* */ tortugas veloces: 30.000 historias
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10 noviembre 2014

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30.000 historias

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Lo llamaron Behobia-SanSebastián porque "Finde gastronómico con carrera de 20km para bajar los pintxos" era muy largo.

Alfombra de chocolate. Un postre de bizcocho ligero de chocolate el que nos presenta el cocinero Juan Mari Arzak. Queda como una galleta fina y esponjosa. Y lo mejor de todo es que con 10 minutos de horno lo tenemos preparado. Además no lleva nada de harina, por tanto es muy liviano. Sin duda en línea con las elaboraciones más actuales.

Para hacer esta alfombra de chocolate necesitamos: 50 g de chocolate, 90 g de azúcar, (65+25), 160 g de claras (85+75), 15 g de cacao en polvo. La elaboración no tiene mayor dificultad. Primero, mezclamos en un recipiente 65 g de azúcar, 85 g de claras y el cacao. Batimos bien y lo reservamos...


Salvo casos contados, no duermes bien: das vueltas sin poder conciliar el sueño. Por muchas que corras, los nervios siempre te traicionan la noche anterior. Repasas mentalmente todo lo que tienes que ponerte para no olvidarte de nada.

Y mucho menos del chubasquero que te preservará de la lluvia durante los momentos previos a la salida. Este año la organización facilita uno más “ponible”: el clásico de plástico fino transparente. Y la zona de salida se convierte en un mosaico de color porque siempre hay alguien previsor y lo adquiere en un chino en amarillo, rojo, naranja,...

Nubes que amenazan lluvia mientras realizas ejercicios de calentamiento entre Francia y España, el viento se reserva para mejor momento. Localizas tu cajón de salida y dedicas el tiempo restante hasta la hora de salida en buscar a los conocidos, hablar con algún otro corredor con el que hemos coincidido en otras carreras, tomar un cafetillo, seguir calentando, beber líquido,... pero sobre todo en oír la música, escuchar al speaker por megafonía y ver, en las pantallas instaladas por la zona, la salida de los compañeros/enemigos que salen delante de ti.

Todo son ánimos de apoyo que seguro no escuchan estando como están a casi un kilómetro de distancia, pero que sirven para calmar tus propios nervios e infundirte ánimos.

Llega tu turno. Tu pancarta avanza encabezada por la liebre de tu tiempo. Por el camino hasta el arco de salida vamos recogiendo más corredores. Mientras, las nubes van abriendo y aparece el sol. Te deshaces del chubasquero y también de camisetas, chaquetas y otras prendas que utilizaste para no enfriarte. Todo este material no quedará abandonado: tanto la organización de la carrera como los Traperos de Emaus harán buen uso de lo que tú desechas.

Cuenta atrás y bocinazo de salida. Salvo que vayas oyendo música a todo volumen o seas disminuido auditivo, ya sólo escuchas voces de ánimo. Primer kilómetro y ya empiezan las subidas suaves por Irún. La gente que se acumula en los lados de las calles, hace rato que está animando a los corredores, y lo seguirán haciendo hasta que pase el/la último/a corredor/a.

Pasas Irún y subes Ventas con pequeñas zonas de descanso para ir recuperando fuelle. Es el comienzo y se lleva bien, con buen ritmo, la liebre nos lleva de lujo, un poco acelerada pero soportable, dando conversación y gastando bromas para hacerlo más llevadero. Dando consejos a cada cambio de ritmo según la zona suba o baje.

Salimos de Ventas con desnivel negativo, pero no aprietas, vas pensando en lo que te espera poco más abajo. A partir del km. 5 comienza una subida de 2,5km hacia el alto de Gaintxurizketa ocupando todo un carril de la autovía. Una subida que se inicia suave pero que va picando. Todavía vamos frescos y no se hace muy dura. Y menos con la animación que hay según vas subiendo: Guns And Roses, The Boss,... suena que atruena (que diría Obús) de los vehículos aparcados en las zonas contiguas o desde algún caserío cercano a la autovía.

Coronas con los ánimos de la gente: - Aupa, equipo, arriba, aupa, aupa!!!!, vamos chavales!!! A partir de ahora, y durante unos kilómetros, todo es bajada, pero la liebre nos sujeta porque todavía queda lo duro, - aunque si alguien se encuentra con fuerzas...

Seguimos ahí, juntos, aguantando. Llegando a Errenteria esto es otra fiesta. La gente se agolpa en la calle, las manos de los niños aparecen por todas partes para que la choques. Y los ánimos continúan: - Aupa, aupa, ánimo chavales!!!. Vamos chicas, aupa!!!. Esa sonrisa. La salida de Errenteria es dura y en Capuchinos subimos como podemos, van escaseando las fuerzas y hay que guardarlas para lo siguiente.

Por fin un poco de aire fresco (frío más bien) por Pasaia. Disfrutamos de las vistas de la bahía y seguimos que esto continúa. Vuelven las pequeñas subidas entrando en San Sebastián y llegamos a la última: Alto de Miracruz.

Si el año pasado aquí alcancé al globo de mi tiempo (iba más lento de lo que pensaba?), este año aquí me despido de él y de los compañeros de carrera. Se hace muy dura la subida y tiras con todo, pero el ritmo baja considerablemente. Subo la vista y veo que se alejan pero también veo un cartel: Restaurante ARZAK. - Ya está, ya se acaba, vamos, vamos,... La gente continúa empujando con sus ánimos y desde aquí hasta el final, tres kilómetros por delante

Ese cartel te da fuerzas para coronar y seguir los kilómetros que quedan. El cartel, y toda la gente que se amontona a los lados de la avenida. Todo suave, bajada y llano para terminar. Ves el mar al fondo, el Kursaal a la derecha, veo al globo y a mis compañeros de viaje unos metros por delante de mí y trato de alcanzarlos, sin fuerzas pero se intenta. El último kilómetro, lleno de arcos de publicidad de los patrocinadores, se hace eterno y ver el crono colgado del último hace que metas riñones y ataques con todo.

Se acabó. Finalizamos una de las carreras más espectaculares que conozco. Paramos el crono en 01:40, por debajo de la marca del año pasado y, vista la semana que arrastrábamos, nos damos por conformes. Hemos disfrutado de un ambiente excepcional, de una carrera impresionante y de una magnífica organización.


No se si os he comentado que el domingo estuvimos corriendo la Behobia – San Sebastian. Un lujo. Una carrera que este año celebraba su 50 edición con algún cambio en el recorrido que lo hacía algo más duro que en la pasada edición. Al menos eso nos pareció. Una dureza compartida con otros 33.000 corredores, unos 80 salmantinos (ZORIONAK!!!, enhorabuena a tod@s) con alguno de los cuales nos vimos por el camino.

Alfombra de chocolate es un plato de Jose Maria Arzak.

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